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¿QUÉ ES EL BIOMAGNETISMO MÉDICO?*

El Biomagnetismo Médico es un sistema de diagnóstico terapéutico medicinal que por medio de la aplicación de imanes de una determinada fuerza y polaridad opuesta en puntos específicos del cuerpo, consigue exterminar en tiempo breve, virus, bacterias, hongos o parásitos, que son causa de la mayoría de los padecimientos graves del hombre.
Es una disciplina terapéutica cuyo objetivo es el de conseguir el equilibrio bioenergético.
Estudia, detecta, clasifica, mide y corrige las alteraciones del PH (Potencial de Hidrógeno) de los seres vivos; para tal objetivo el Dr. Isaac Goiz, nos ha provisto de un mapa corporal, en el que se detallan los puntos o Pares biomagnéticos (descubierto por él, en 1988) en los cuales se han de aplicar los imanes.
Por medio del Biomagnetismo Médico, se regulan y corrigen las patologías infecciosas producidas por virus y bacterias. Se puede diagnosticar y brindar un tratamiento idóneo para cualquier enfermedad, siempre que no haya destruido o deteriorado el tejido del órgano afectado.

lunes, 8 de junio de 2015

A BIONERGETICA y LAS  ENFERMEDADES  CARENCIALES.
Joaquín Teherán Lora

La ausencia de aminoácidos, vitaminas y minerales en el cuerpo acarrean trastornos de diversa índole; patologías ante las cuales muchas veces como terapeutas nos hemos sentidos casi  que impotentes ante la dificultad para conseguir que estas enfermedades rediman.
Como son enfermedades provocadas por la necesidad que tiene el cuerpo de algunos nutrientes que le hacen falta y que son imprescindibles  para mantener la salud y vivir y de los cuales carece, la salud no se recuperará hasta cuando le suministremos al organismo los elementos de los que carece y que pide a “gritos”.
Debemos recordar siempre que al “cuerpo hay que darle lo que necesita y quitarle lo que le estorba”.

Basados en lo anterior, es necesario e ineludible – si queremos ser realmente terapeutas holísticos – que en todo diagnóstico que hagamos determinemos con exactitud si en el organismo del consultante se presenta la carencia de algún micronutriente cuya ausencia esté dando origen al cuadro patológico que estamos tratando y proceder en consecuencia.

Para determinar la existencia de alguna carencia contamos con la bioenergética y tres (3) cuadros carenciales (adjuntos): 1- Aminoácidos, 2- Vitaminas y 3-Minerales y enzimas.

PROCEDIMIENTO:
Con el paciente en la posición con que acostumbramos hacerle la exploración kinesiológica (rastreo), sin imanes en contacto con él y con la profunda intención (recordar siempre: intención) mentalmente “pronunciamos” el siguiente comando bioenergético:

-“Carencias!!!”
A continuación medimos las piernas. Si se desbalancean, podemos asumir que ese organismo sufre de carencias.
Luego debemos establecer que tipo de carencia hay: si es de aminoácidos, de vitaminas o de minerales, “pronunciando” mentalmente:
-“Aminoácidos!!!”  y probamos las piernas para establecer el resultado
-“Vitaminas!!!”  y probamos la piernas nuevamente para comprobar el resultado.
-“Minerales!!! y volvemos a comprobar el estado de las piernas como respuesta a este comando.
Si  la exploración anterior da como resultado carencia de aminoácidos, por ejemplo, debemos de hacer uso entonces del cuadro Nº 1 de Aminoácidos para identificar cuál es ese nutriente faltante en el organismo. Lo hacemos también por bioenergética “pronunciando” mentalmente cada uno de los nombres incluidos en la lista de aminoácidos y comprobando el estado de la pierna para cada caso.
De igual forma procedemos en el caso de que la carencia sea de Vitaminas o de Minerales, usando entonces el cuadro Nº 2 o 3 respectivamente.
El faltante que haya es lo que hay suministrarle al paciente en las dosis que el organismo mismo determine por bioenergética.

LOS AMINOACIDOS.

Necesitamos energía para dos tipos de funciones: a) mantenernos vivos  y b) realizar actividades voluntarias.
La función de mantenernos vivos, o sea la actividad de mantenimiento, se denomina metabolismo basal (basal significa básico, base).
La función  de mantenimiento incluye varias actividades:
La síntesis de proteínas.
El transporte activo.
Los latidos del corazón y la respiración.
La forma y estructura de nuestras células están determinadas por las proteínas que dirigen casi todos los procesos vitales encaminados en últimas a la producción de energías.
Las células mantienen su integridad, se defienden de los agentes externos, reparan sus daños, controlan y regulan sus funciones gracias a las proteínas.

Las proteínas, son el resultado de las distintas combinaciones entre veinte aminoácidos distintos, compuestos a su vez por carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno (CHON)  y a veces, azufre.

Los aminoácidos son, pues,  las unidades elementales constitutivas de las moléculas denominadas Proteínas. Son por tanto, y en un muy elemental símil, los "ladrillos" con los cuales el organismo reconstituye permanentemente sus proteínas específicas consumidas por la sola acción de vivir.
De allí, la importancia de los aminoácidos en nuestro organismo, dentro de los cuales existen algunos que son indispensables suministrarlo en la alimentación dado que el organismo es incapaz de sintetizarlos si no se ingieren.    
Estos ladrillos (aminoácidos) se conocen como esenciales y constituyen los factores limitantes para alcanzar la óptima nutrición proteica (mal nutrición).
La mal nutrición provoca:
Reducción de la competencia inmune, es decir la respuesta específica de anticuerpos y de los  glóbulos blancos disminuye.
También disminuye la síntesis del glutation que es el antioxidante y el protector más importante de nuestras células. Su deficiencia es consecuencia  de una pobre ingesta de dos aminoácidos que son la materia prima para su elaboración: la glicina y la cisteina.
El déficit del glutation reduce la capacidad de limpiar los productos de desechos que los microorganismos nos dejan, los conocidos Radicales Libres. Estos actúan prolongando el daño a las células propias y de paso aumentan el riesgo de un cáncer, promovido por una infección de un virus, por ejemplo la hepatitis B o por la ingestión de productos químicos inductores o promotores de cáncer, por ejemplo pesticidas, toxinas de hongos, etc.
La falta de proteínas produce vulnerabilidad a las infecciones en nuestro organismo lo que se manifiesta en el pulmón y en el intestino delgado.
En ambos, la secreción continua y normal  de mucosidades permite un verdadero barrido de las sustancias dañinas, entre ellos sustancias potencialmente cancerígenas y también de microorganismos infecciosos que pudieron entrar.
Esta sustancia viscosa está  constituida por azúcares y proteínas (glucoproteínas) y es de secreción constante y requiere del aporte de proteínas adecuado. Si este aporte falla en cantidad o calidad (falta de ciertos aminoácidos conocidos como cisteína o treonina) el mucus será pobre o de mala calidad reduciendo nuestra capacidad de defensa.


El ser humano necesita incluir en su dieta ocho aminoácidos esenciales para mantenerse sano: leucina, isoleucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina.

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