LA CELULA, LA
APOPTOSIS y LA TERAPIA ELECTROMAGNETICA.
Las células son pequeños lagos acuosos a manera de
espejos lisos, brillantes y templados que poseen sales (y por tanto iones) y
moléculas de proteínas en su interior.
Una clase muy particular de moléculas, es la que conforman los
genes, siendo las responsables de albergar en ellas todas las historias
evolutivas de nuestros antepasados. Esto quiere decir que las células contienen
la información ancestral que llamamos herencia.
Cuando en el transcurso de nuestra vida se hacen permanentes las
emociones como el temor, el miedo, la ira, se producen en nosotros reacciones
químicas que conllevan a que en la sangre se viertan, desde nuestras glándulas
(las suprarrenales, por Ej.), grandes cantidades de hormonas como la
adrenalina, el cortisol y otras, que viajan por el torrente circulatorio y
bañan a todas las células del organismo. Sus efectos son devastadores para
ellas ya que consumen sus reservas de energía, alteran el equilibrio de los
iones y sales y le consumen agua.
Las células se deforman arrugándose o hinchándose en demasía, perdiendo
su consistencia, su brillo y con ello su equilibrio.
Tal deformidad hace que la propia célula produzca unas moléculas
internas de alarma que son transportadas a las células contiguas como si fueran
mensajes de alerta que se multiplican exponencialmente a su alrededor y que
altera profundamente el metabolismo interno.
De esta forma, el miedo por ejemplo, se vuelve
químico y se arraiga en miles de millones de células en todos los órganos.
Es tan grande la magnitud de este «miedo celular» que se activa un programa (similar a un «software») de autodestrucción conocido como mecanismo de APOPTOSIS (o muerte celular programada, regulada genéticamente).
Es tan grande la magnitud de este «miedo celular» que se activa un programa (similar a un «software») de autodestrucción conocido como mecanismo de APOPTOSIS (o muerte celular programada, regulada genéticamente).
Mediante la Apoptosis, la célula se «suicida» como una manera
de evitar la propagación del desequilibrio más allá de sus fronteras. Al menos
ese es el propósito. Pero cuando la apoptosis es masiva son millones de células
las que fenecen a una velocidad mucho mayor que la que tiene el cuerpo para
reemplazarlas. Ese es el origen del envejecimiento. Y si son células del
sistema nervioso, mucho más lentas y difíciles de reponer, sumada a la pérdida
de tejidos vivos en todo el organismo, el resultado no es otro que la dolencia
y luego de ella la enfermedad.
Todo lo anterior lo podemos resumir de la
siguiente manera:
Las células están formadas por moléculas, millones de cristalitos vibrantes susceptibles de ser programados, alineados y polarizados por medio de algún factor interno o externo que les brinde la capacidad de ejercer su función en el cuerpo.
Las células están formadas por moléculas, millones de cristalitos vibrantes susceptibles de ser programados, alineados y polarizados por medio de algún factor interno o externo que les brinde la capacidad de ejercer su función en el cuerpo.
Allí es donde radica el inmenso valor de las Terapias
de Electromagnetismo Pulsante (TEMP). Por medio de la Terapia Electromagnética
Pulsante (TEMP),podemos inducir a que las células del cuerpo de la persona en
terapia «se desconviertan», de la historia que traen en su interior,
mientras aprovechamos para imprimir al campo molecular de ella, a través de
ondas electromagnéticas, incluyendo la luz, una nueva y positiva información,
una nueva programación.
Es como si cambiásemos la información del disco duro de nuestro
computador haciendo correr un programa anti-virus que borra los comandos y los
archivos defectuosos y optimiza el funcionamiento de todo el sistema.
Las células no son otra cosa que millones de discos duros que almacenan
información correcta o errónea. Las moléculas son las trasportadoras de dicha
información. (La memoria Ram).
Es así como las moléculas viajarán por la sangre llevando los nuevos «códigos» de
funcionamiento recién programados a todo el organismo y en especial al
cerebro, que posee trillones de pequeños lectores de moléculas llamados
neurorreceptores que interpretan dicha información, generan impulsos nerviosos
y hormonales que a su vez distribuyen la renovada programación a todo el
conjunto del organismo.
Se cambia entonces la estructura molecular interna y por lo tanto se
inician los procesos de alivio y aun curación de las enfermedades causadas por
la vieja programación celular.
Es allí precisamente que el cáncer, el alzahimer y el mal de parkinson
pueden ser tratados con resultados alentadores y positivos.
La migraña, jaqueca, rinitis, sinusitis, artritis, depresión (tristeza,
melancolía, ansiedad, angustia), asma, cardiopatía, problemas estomacales,
miomas, y otros muchos más, también han sido atendidos con altos índices de
éxito.
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